Dentro de mi cabeza, lo planeé cien veces, de las cuales noventa y nueve terminaron en ideas inconexas. No puede terminar un párrafo siquiera, se me hacía muy difícil conectar tantas ideas y palabras, así que decidí que sería mejor sí lo escribía.
Las cosas, cuando las escribís, toman cierta vigencia. Sé que parto de una base, sé también, que esa base va a quedar atrás y que seguramente escriba como fluya, ignorando que en mi cabeza organicé mis ideas. A veces me cuesta mucho poder pensar claro, por eso mismo sostengo que las cosas hay que dejarlas enfriar. Mi gran problema, como el de muchos más quiero creer, es que tengo demasiadas cosas dando vueltas, algo así como los adultos. A diferencia de ellos, yo no pienso en qué tengo que pagar, en que debo llegar rápido al trabajo, que tengo que ir a buscar a mis hijos a la escuela, y cosas de esa índole, aún en mi cabeza flotan otras cosas. El tema está en QUÉ cosas.
No dudo en típicos pensamientos de adolescente. La mayor parte del tiempo, mi cabeza es rellena con música, melodías, palabras que van al son de unos cuantos acordes. Claro que siempre hay lugar para algunos pensamientos, como una visualización breve de mi día, lo que debo hacer o estudiar en su defecto. Suelo pensar también en cosas que no ocurrieron, que podrían pasar, imagino, fantaseo. Creo que a todos nos gusta imaginar cómo hubieran sido las cosas si hubiésemos tomado tal decisión en vez de la que elegimos, o cosas así. Suelo pensar en personas. Personas que extraño, que necesito. Suelo repasar momentos vividos, me gusta de vez en cuando. Ver objetos me conecta con muchas cosas. Generalmente con muchas ocasiones. Debe ser una de mis cosas, soy un poco fetichista o quizás sólo me guste recordar con elementos físicas, táctiles. Al hacerlo, siempre tengo una sonrisa, me agrada contarle a la gente, la historia de mis objetos personales. La respuesta más trillada dentro de ese campo es “Ah, de un amigo/a” Afirmo, y lo haría un millón de veces, que mis amigos son unas de las cosas más importantes que hay en mi vida, sin embargo, sé ser autosuficiente, y salir sola adelante, lo he hecho, aunque no niego que un ser querido y su ayuda, no contribuyan bastante.
La gente me suele decir cosas como que soy una persona muy sociable, simpática, que conozco medio mundo y demás. A veces lo dudo bastante, quizás así sea y soy yo la que no se da cuenta, pero sé que como puedo ser muy sociable, puedo ser demasiado anti, como puedo ser muy simpática, puedo ser la más perra. Creo que sinceramente, soy de esas personas a las que les caes bien de entrada, y sí es así, suerte. También me podes caer mal de entrada, en ese caso cuando me nombran a una persona que pasó por esa situación conmigo, me es indiferente, o afirmo que me cae mal aunque no sea así realmente. Me olvidé de que estaba hablando inicialmente… Como verán, soy de esas personas que dejan todo a medio hacer. Tal vez esté tomando mate, y me cuelgo y lo dejo ahí. A los 15 minutos vuelvo y se enfrió, claro que lo tomo igual, no tengo disgusto. No me molesta tomar mate frío, me agrada realmente mientras no sea amargo. Tal vez esté hablando de algo y al segundo te cambié de tema. Suelo perder el hilo de las conversaciones, o guiarme con canciones y cantarlas en mi cabeza, por ese momento me quedo inconexa del universo.
Realmente, qué es el universo, debe ser una pregunta común, o que mucha gente quiere saber, no sé si soy una de ellas. Creo que no todo en nuestro alrededor necesita una explicación, una respuesta, algunas cosas son mejores dejarlas donde están. Dudo de la creación, tanto como de esa gran explosión. Aunque el hecho de que un ser, todo poderoso haya creado todo, no tiene demasiada lógica. La gente le tiene fe a lo que no ve, a fuerzas misteriosas. Ruegan esperando una respuesta divina. Cuando no se dan cuenta que la fe está en uno mismo. Hay varios aspectos de la religión que no comprendo. Muchas cosas que no me cierran. Suena paranoico quizás, pero a mí me parece así. Demasiada gente tiene a La Iglesia allá arriba, y yo me pregunto por qué nadie recuerda lo que hizo la inquisición, en nombre del supuesto señor y la verdad. La verdad, mi idea no era adentrarme tanto en algunos temas mientras iba escribiendo.
Realmente tenía ganas de hacer algo parecido a una auto descripción, por supuesto que como siempre termino yéndome a las ramas, o hablando de otros temas que no tienen conexión alguna con el asunto inicial. En estos momentos no sé que escribí y que no, que es importante y que es superfluo. (Ahí retrocedí y releí lo que había escrito – muy por arriba, lógicamente – y más o menos estoy tratando de seguirla) Tienen un claro ejemplo de lo que les decía, soy muy colgada. A veces me perjudica, y me hace enojar. No me gusta que lo que escribo pierda sentido, sí es que alguna vez lo tuvo. Siento que repito, que digo cosas sin sentido y demás por esa misma razón me enojo. Tengo mis momentos, en los que me enojo por cualquier cosa. Mejor dicho, esos días en los que absolutamente nada me cae bien, por ende, lo tomo todo con mala cara. En lo general me enojo cuando las cosas no salen, no gozo de mucha paciencia, y desespero. Ahí es cuando escucho el típico “Tranquila” que solo me pone más nerviosa. Me parece excesivamente inútil, yo no me voy a quedar mejor sí viene alguien y me dice “Tranquila” no solucionamos con eso. Otra cosa muy distinta es cuando me enojo con una persona en especial. Me parece que enojo no es la palabra, tachémosla. Sería más apropiado decir que no me enojo, sí no que me pongo mala onda. (Hablando de personas, con objetos sí me enojo) Después de eso, trato de ser una persona tranquila. Realmente me parece inútil escribir sobre mi personalidad, me parece que es algo que ustedes deberían juzgar por sí mismos. Es una contradicción al hecho de que con saber quien sos basta, o que siempre hay que hacer un juicio interior. Me parece que esas son cosas que se equilibran. Tenes que saber quién sos, pero a la misma vez, tenemos que estar siempre abiertos a una opinión.
Me molesta que la gente diga “Me chupa un huevo tu opinión” Creo, que a demás de ser una falta de respeto, sinceramente, está bueno aprender de los demás. Jamás viene mal una opinión ajena, podríamos mejorar algunas cosas, siempre. Siempre puede ser mejor realmente. El panorama siempre puede mejorar. Y para esa necesidad de mejora, existe la crítica. Me suelen decir que me quejo mucho, pero más allá de eso que puede ser verdad o no, me parece que en cierto punto está bien. Porque las personas que callan, sólo son conformistas, o tímidos. Dejando de lado la timidez, sí vos no te expresas, no te quejas, no crees que pueda haber algo mejor, sos totalmente manejable. Puede venir cualquiera y manejarte, y eso sólo nos convierte en mediocres. Por eso mismo digo que la queja es mucho más.
La queja, en sí, planteada con un buen argumento, es mucho más que una simple replica, es la esperanza de poder tener algo mejor. Sí logramos ver las cosas desde diferentes perspectivas, podemos darnos cuenta de muchas cosas, y ahí, generamos la crítica. Por eso mismo no presto demasiada importancia a cuando se quejan, de que me quejo. Aún así, hay quejas y quejas. Hay quejas que son sobre la sociedad, la política, la inseguridad, las violaciones, la droga, la prostitución. Sin embargo, no entendemos que: Sin clientes, no hay prostitución. Sin consumidores, no hay drogas. Sin violadores, no hay violaciones. Sin chorros, no hay inseguridad. Sabiendo esto, nos quejamos, esperando que las cosas mejoren así como así. Yo sinceramente, no sé cómo mejorar la situación, tengo 14 años, no puedo hacer mucho al respecto sobre la situación mundial, pero creo que aún así empezando por uno mismo y su entorno se puede. Quizás yo no pueda hacer que la gente deje de tirar basura, pero sí yo no tiro basura, va a ser un comienzo, y así es la sucesión.
Realmente, creo que todos tenemos nuestra cuota de hipocresía, de discriminación, de envidia, de celos. Lo sé, porque me pasa a veces, y puedo admitirlo, porque sé que es así. Generalmente la gente cuando se describe es muy objetiva, o recurre al cliché. Estoy un poco cansada de ver en tantos lados las mismas descripciones, casi iguales. Cada una dice lo mismo de ella misma, parece copiado y pegado. No sé sí estoy reclamando originalidad, es difícil, hoy en día está todo inventado. Por esta razón no sé sí se puede llegar a ser original. Quizás sea porque estamos acostumbrados a algo, siempre igual, siempre repetitivo, y cuando vemos algo que sale de esa línea monótona, nos parece raro, original, nuevo. Por esto creo que está bueno ser siempre abierto a toda clase de gustos, gente, y demás.
Tengo de bueno, que no soy una persona muy dramática, si bien tengo mi estilo de vida, puedo acomodarme a otros, y lo he hecho, se podría decir que, y hablando en un ejemplo muy general, no me molesta en lo absoluto dormir en el piso. No sé si será el ejemplo correcto, pero así quizás me entiendan. En cada momento llegan nuevos datos a mi cabeza, nuevas cosas de mi personalidad las cuales me gustaría volcar acá. Debería admitir que soy una persona con muchas anécdotas, sí hay algo que me agrada, es hacer locuras, es una buena forma de mantenerme sana de acá arriba. No precisamente las clases de locuras que son como ir al boliche, ponerse en pedo y encamarse con 5 flacos diferentes, siquiera me gusta salir a bailar. Yo hablo de la clase de locuras, que pueden parecer insignificantes, pero que en ese momento justo con esa persona justa son fantásticos. Todavía me acuerdo de cuando por ejemplo, estábamos con Pedro, y me puso agua en la boca, y un sobre de jugo, acto siguiente, escupí todo. O cuando con Anto hicimos ring-raje hace poco. Me acuerdo también del recital que fuimos con Trini. O del día de mi cumpleaños, cuando estábamos en el patio con la guitarra, y cantábamos canciones viejas.
Son momentos pequeños, pero que sí los juntamos pueden ser grandes anécdotas, por eso mismo digo, me parece lindo eso, siempre tengo algo para contar, algo para hablar, algo que recordar, me gusta de hecho. Aprendí a recordar con una sonrisa la mayoría de las cosas y eso me parece lo adecuado. Les podría contar también, que estoy acostumbrada a esa mirada ajena, analizando y quizás también juzgando. No me resulta extraño que la gente no me mire en la calle, mi hermosura mata. Bueno, hablando en serio, jamás muy del todo normal, no sé por qué. Tal vez sea diferente, o quiera atención. La cuestión es que por algo, o por lo otro, siempre recibía, y recibo alguna de esas miradas.
Aprendí a reírme y a dejar ese tipo de cosas de lado, a no amargarme tan seguido, a no llorar tanto, a no sufrir demasiado, disfrutarlo pero que no se haga costumbre, encontrar o buscar por lo menos el equilibrio a las cosas, apreciar cada momento y lo que tengo al lado mío, entendí a los golpes que soy la única persona que va a estar toda la vida al lado mío, por eso mismo aprendí a quererme tal cual soy, con mis defectos y mis virtudes, siendo quien soy, y la verdad, soy completamente feliz con lo que logré .
Escribí 2.000 palabras contadas ¡!


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Cariño : To .